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Prometidos.

Decir que Jimin estaba petrificado era poco para ese punto de la conversación, sabía perfectamente que ese momento llegaría, o al menos sabía que Jungkook tenía las intenciones de proponerle matrimonio, sabía que quería decir que si de inmediato, pero vivirlo y tener a su alfa frente a él esperando una respuesta con un anillo en la mano era muy distinto, por algún motivo su boca no coordina con su cerebro, las palabras no salen de su boca; la emoción lo enmudeció.

Cuando Jimin era un niño soñaba con una familia, con hijos y una vida hermosa al lado de esa persona ideal que encontraría en algún momento, evidentemente no sabía su rol dentro de esa pareja porque aún era un cachorro, un simple niño que quería vivir algo tan lindo como lo que sus padres tenían entre sí, soñando con lindos cuentos de hadas que lo harían feliz para siempre.

Cuando se presentó como omega, todo fue tan diferente; su emoción e ilusión no hicieron más que incrementarse. Iba a tener una pareja, iba a casarse con alguien e iba a ser madre de uno o varios cachorros, y tendría una familia preciosa... Pero con el tiempo, cuando se dio cuenta de que la sociedad no es tan buena como pensaba y que los omegas no son tratados de la mejor manera, se desilusionó. Se dio cuenta de que encontrar un amor puro y sincero sería demasiado complicado para él.

Muchas de las personas aborrecen a los de su tipo y otras tantas simplemente no quieren involucrarse con omegas varones. A Jimin no le interesa lo que piensen de él pero es consciente de que no iba a ser sencillo que su sueño se realizara; esos estereotipos y el acoso que recibía constantemente por sus compañeros, le hicieron creer que nadie nunca iba a interesarse en él de esa manera. Decidió que no iba a esperar nada, si llegaba llegaría, si alguien lo pretendía entonces vería qué tan lejos llegar, solamente dejó de pensar mucho en ello.

Si esperas desilusionarte entonces no resultarás desilusionado.

Se enfocó en su nuevo sueño, una carrera, una linda profesión que lo hace feliz, que lo ayuda a ayudar, que le permite cuidar de otros y hacer su vida un poco más sencilla en los tiempos difíciles. Se concentró en cuidar de su hermanita y en hacer su trabajo de la manera que le gustaba hasta que un día simplemente... Sucedió.

Jungkook entró a su vida, lo rescató, lo ayudó y le dio un giro a su rutina. Trabajar era mucho más reconfortante desde que dos preciosos ojos verdes se abrieron frente a él, dos ojos que cada día le miraban con más brillo y lo esperaban al entrar a esa habitación de cuidados intensivos, dos ojos tan lindos que poco a poco se adueñaban de lo profundo de su alma, haciendo que su pecho se alocara con solo verlos. Al inicio se encariñó de Jungkook por medio de las historias que sus padres le contaban cuando él aún no despertaba, se encariñó de sus facciones tranquilas al dormir y de la alegría que siempre le contaron que tenía.

Con el tiempo se enamoró de Jungkook, de su protección, de su cariño y ayuda incondicional, se enamoró de su alfa interior y de la hermosa persona es. Luego supo que estaba perdido por completo, en sus besos, en sus cuidados, en sus mimos... Jimin cayó irremediable y rápidamente y comenzó a ilusionarse otra vez.

Al poco tiempo Jungkook ya había traído de vuelta su sueño, su cálida idea de una familia, de una vida tranquila y armoniosa a lado del amor de su vida... de su alma gemela. Vino el noviazgo, el cortejo, la marca y todo con una rapidez impresionante, pero Jimin no cambiaría nada en absoluto, incluso todos esos malos ratos que han tenido que pasar para llegar a ese momento en específico, porque sabe que todo es parte del amor.

En los libros de ficción o historias románticas nos dicen que el amor es hermoso, que el amor es inmensamente maravilloso y Jimin lo sabe, lo ha comprobado en carne propia porque no hay sensación mejor que sentirse amado por Jeon Jungkook, pero poco se habla del dolor que provoca el amor, del sufrimiento que se comparte en los malos momentos, de la preocupación constante por el bien de otro ser humano, de ese hueco en el estómago al saber que están pasando por un bache, eso también es parte de estar enamorado... Eso es algo que ellos han experimentado bien, pero no interesa, no cuando Jimin está dispuesto a todo eso porque Jungkook lo merece, porque ese hombre de cabello rizado y sonrisa encantadora es el amor de su vida y vale la pena cada segundo a su lado.

Jungkook, su alfa, es el ser humano más valioso del planeta tierra; su tacto suave cada vez que sujeta su mano al caminar, la forma en que espera a que entre a la camioneta para abrocharle el cinturón, la forma en que lo mima tanto y tan sencillamente. Su mirada tierna al verlo, la forma en que lo cuida cuando está comiendo para que no se manche la ropa, sus manos ágiles en las mañanas para ayudarlo a atar su corbata, la sonrisa con la que lo recibe cuando sale del hospital, todas esas video llamadas que el ojiverde nunca se perdió cuando estaban lejos... Podría numerar un sin fin de cosas que hacen a Jungkook el hombre perfecto para él, pero nunca terminaría.

Park Jimin es la prueba fidedigna de que un simple pestañeo de Jeon Jungkook puede cambiar la vida de una persona y hacer temblar al mundo entero.

Esos preciosos ojos revolvieron su mundo de la manera más preciosa que puede existir, ese alfa que ahora lo mira ilusionado, igual de ilusionado que él, le dio un giro de 180 grados a su vida, ¡y ahora le está mostrando un jodido anillo de compromiso!

Con esa sonrisa tímida y esos ojos esperanzados... ¡Hasta pareciera que tiene dudas de su respuesta! Hasta parece que no supiera que Jimin le dirá que si mil veces solo para tener el placer de casarse con un él una y otra vez.

—¿Y? —Jungkook parpadeó, con ojos llorosos y manos temblorosas que sostenían el cubo aterciopelado—. ¿Qué dices, ángel?

—¡¿Tienes el descaro de preguntar?! —Jimin frunció el ceño y sujetó el rostro del alfa por sus mejillas para picotear sus labios con mucha emoción, repetidos besitos castos llenos de alegría—. Pónmelo, ponme mi anillo, ricitos —liberó su agarre sólo para agitar su mano frente al mayor, que la tomó de inmediato, ahogando una risa y poniendo el precioso anillo en su dedo anular.

¡Le dijo que si!

Jungkook no cabe de la emoción; su omega y alma destinada dijo que sí. Jimin, su Jimin, ese ser humano precioso que tiene frente a él lo acepta y quiere casarse, compartir una vida juntos más allá de sus instintos, Jimin lo ama y lo acepta para unirse en matrimonio.

✧✦✧

—No quería regresar aquí —Jungkook estaba comportándose básicamente como un cachorrito, refunfuñando y cruzándose de brazos en un berrinche mientras caminaban a través de la sala de urgencias donde el doctor Moon y Taehyung les dijeron que los recibirían, ya les habían asignado una habitación donde el mayor permanecerá hasta constatar su estado de salud, solo debían dirigirse a ella caminando unos metros.

—Pero sabes que tienes que hacerlo —Jimin solo sonrió y negó al verlo caminar de mala gana hacia el cubículo donde permanecería por un rato. Jungkook de verdad era un caso particular; nadie se imaginaria siquiera un gran y poderoso alfa puro haciendo una pataleta semejante, azotando los pies y bufando a cada paso.

—Estoy más que perfecto en este momento —alejó un poco su ceño fruncido y sonrió hacia su ahora prometido, solo recordarlo hace que su estómago tenga ese hormigueo gratificante y toda molestia se disipe de su interior.

—Eso no lo sabremos hasta que tengas estudios de sangre e imagen y la firma de Taehyung para confirmarme que es así.

—¡Pero, Jim! —el alfa se tiró en la camilla asignada con desesperanza.

—Deja de ser un niño, ricitos —sonrió y dijo lo que sabía que iba a animarle—, no puedes comportarte así, no es muy adecuado para alguien que va a casarse pronto —el mayor se iluminó con solo escuchar esas palabras.

—¡Se escucha tan hermoso! —relamió sus labios y destelló una sonrisa que pronto se apagó para volver al ceño fruncido—. Odio que no tengas puesto tu anillo.

—Si me lo pongo, todos sabrán de inmediato que estamos comprometidos, y no queremos eso...

—Al menos no hasta que todos estén reunidos en casa para que lo sepan al mismo tiempo —recuerda el mayor.

La noche anterior, después de comprometerse, estuvieron charlando mucho acerca de cómo se lo dirían a los demás y quieren algo simple; saben que para nadie será realmente alarmante que vayan a casarse, después de todo, siempre están recordándoles lo muy enamorados que están el uno del otro, es más que obvio que dos almas tan enamoradas iban a querer unirse de cada manera posible. Quieren reunirlos a todos y cenar tranquilamente mientras les informan su compromiso, quieren que su familia les ayude a planear la boda y pasar un rato lindo después de todo lo que han vivido.

Pasaron mucho rato imaginando lo que quieren para ese día tan especial, imaginando lo mucho que van a disfrutarlo y lo bien que lo van a pasar. Jimin habló del color de los trajes que usarán mientras que Jungkook le habló de la decoración que utilizaran; todo va a ser tan hermoso y tienen todo planeado, solo falta involucrar a su familia en el proceso. Saben que estarán fascinados con la noticia y no pueden esperar a contárselos lo más pronto posible.

—¿Crees que van sorprenderse? —preguntó el de rizos.

—Tu padre no —Jimin sonrió tranquilo y Jungkook alzó una ceja con dudas.

—¿Por qué no? —era más que evidente que sabía la respuesta pero... Jimin no debería saberla. De inmediato pudo sentir el nerviosismo de su precioso omega que desvió la mirada y habló.

—Porque es tu padre, seguro se lo contaste —rió y se rascó el antebrazo nerviosamente sin enfocar su mirada en la verdosa.

—Ángel... —frunció el ceño, sabe que le está mintiendo.

—¿Cómo está mi paciente más complicado? —Taehyung irrumpió en el área corriendo la cortina con un sonido rápido—. ¿Los interrumpí? —se detuvo abruptamente haciendo que el doctor Moon chocara contra su espalda y lo empujara levente—. Cuidado Moon, tengo un bebe aquí mismo —regañó haciendo que el mayor lo sostuviera por los hombros para estabilizarlo.

—Lo siento —se disculpó el beta, al enfocar su mirada en su paciente encontró al alfa con el rostro más molesto que había tenido el disgusto de observar, sonrió hacia él con nerviosismo, sabiendo que debía estar molesto por la interrupción y por el ligero riesgo de caída que provocó en uno de sus mejores amigos... Un alfa puro y protector en todo su esplendor.

—Tenga más cuidado —el ojiverde lo miraba con advertencia hasta que desvió sus ojos al alfa embarazado y suavizó un poco su mirada, pero solo un poco—, y si... si nos interrumpen así que largo —Jimin lo miró molesto.

—¡Alfa! —los ojos azules lo apuñalaban por ser irrespetuoso.

—Discúlpenme... —suavizó sus facciones y volvió a hablar en un modo bastante sarcástico—, estábamos teniendo una conversación importante aquí dentro... ¿podrían, por favor, volver en unos minutos? —el omega aguantó una risa por la forma y el tono en que lo dijo.

—Supongo que si... —Moon se encogió de hombros y salió del cubículo, sabiendo lo que más le convenía para mantener su pellejo intacto.

—Mi pregunta fue retórica, Jeon —Taehyung sonrió burlón—, no me interesa interrumpir sus cursilerías, solo quiero avisarte que en unos minutos vendrán por ti para hacerte una resonancia y te llevarán a mi oficina para hacerte un electroencefalograma —avisó al enfadado alfa que sabía bien no le haría ningún daño—, y el patético Moon quería avisarte que tus estudios de sangre están en proceso, si todo sale adecuadamente podrás irte mañana por la noche —después de esa noticia los ojos verdes deslumbraron felicidad—, ahora sí, me largo —besó la mejilla del omega antes de que el rizado lo empujara sin absolutamente nada de fuerza para retirarlo de Jimin. Kim salió de la "habitación" con una enorme sonrisa, le agradaba que todo esté volviendo a la normalidad, sus amigos y él mismo, están siendo felices de nuevo.

—¿En qué estábamos? —cuestionó Jungkook una vez que se quedaron a solas de nuevo, su rostro no era molesto, nunca podría ser molesto para con su precioso chico, pero si estaba serio, dudoso de las respuestas que obtendría.

—¡Vas a salir mañana, lobito! —claramente Jimin estaba desviando la conversación.

—Y estoy muy feliz por ello, pero me interesa mucho más saber porqué mi padre no estará sorprendido por nuestro compromiso, o mejor dicho... ¿Cómo sabes tú que no lo estará?

—Fue una forma de hablar —se excusó encogiéndose de hombros, tenía las mejillas teñidas de rojo y no lo miraba directamente, además claro del evidente aroma a nerviosismo opacando la vainilla.

—Tal vez estar separados por tanto tiempo te hizo olvidarlo, pero sigo sintiendo cuando me mientes, cachorro —susurró como si fuera un secreto, más divertido que enfadado para este punto.

—¡Bien! —se rindió mirando directamente al alfa—. Cuando te trajeron de Francia una enfermera me entregó tus pertenencias, yo quería sentirte conmigo aunque no estuviera a tu lado así que me puse tu saco, y fue así que encontré mi anillo —acarició la base de su dedo anular justo donde queda el anillo cuando se lo pone—, tu padre vio que lo tenía y me contó lo emocionado que estabas al respecto y que querías que tu propuesta fuera muy especial.

—¿Tú lo sabías? —había emoción en su rostro y Jimin estaba confundido, pensó que el alfa estaría molesto por ocultarle ese detalle. Había un poco de desilusión en su mirada pero Jungkook seguía sonriendo tan enormemente que el omega estaba contrariado; no sabía si pedir perdón, reírse o llorar por desilusionar a su alfa.

—Si, evidentemente no sabía cómo me lo propondrías finalmente pero aunque lo supiera, fue el mejor momento de mi vida, todos los momentos que paso contigo lo son y... —Jungkook no lo dejó terminar, lo jaló por la muñeca para tirarlo a su costado y besar sus labios con amor. El menor suspiró encantado por el gesto, enredó sus brazos alrededor de Jungkook para que quedaran abrazados—, lo siento por intentar mentirte —miró a su prometido con ojitos culpables.

—Gracias por intentar mentirme —Jimin se rió bajito por la oración—. Me duele no sorprenderte porque tú amas las sorpresas, pero sé que no lo hiciste con ninguna mala intención, al contrario, tratabas de hacerme feliz haciéndome pensar que mi sorpresa había sido guardada con éxito —picoteó los labios de su omega con una sonrisa y siguió—, me molestaría si lo hubieras sabido y me hubieras dicho que no —el ojiazul ahora sí que se carcajeó.

—No es como que cause algún problema, igual estamos enlazados, bobo —sus dedos juguetearon con los cabellos, ahora largos, de la nuca de Jeon que llevó su mano a la zona para tomar la del menor y apretarla con cariño.

—Uno nunca sabe —se encogió de hombros risueño—, pero gracias por decir que si.

—Si me lo propones un millón de veces, un millón de veces te diría que sí —se acomodó en la camilla para amoldarse adecuadamente al espacio y quedar cómodo entre los brazos de su amado.

—Bien, buscaré otros novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve anillos, angelito —el mencionado volvió a reír con fuerza cubriendo su boquita con la mano para no ser ruidoso en el hospital.

—Deja de hacerme reír con tus boberías, alfa.

—No son boberías, de verdad voy a conseguirlos para escucharte decir que si quieres casarte conmigo todas esas veces —sonrió y sus ojos brillaban como siempre que ve a su alma gemela.

—De verdad somos muy cursis —el castañito negó risueño.

—Lo sé —asintió—, pero te apuesto a que todos extrañaron nuestra miel.

—Sobre todo yo, lobito —Park suspiró y acercó su nariz a la fuente de aroma del mayor, relajándose de inmediato y adormeciéndose rápidamente. Además de estar sensible por el celo reciente, su lobo estuvo tanto tiempo privado del delicioso olor del tabaco y el petricor que ahora no puede dejar de olfatearlo por mucho tiempo. Jungkook parece darse cuenta y siempre libera sus feromonas con delicadeza—. Soy tan feliz ahora mismo.

Lo era, era feliz y sabía con certeza que eso nunca iba dejar de ser así mientras Jeon lo sostuviera, mientras los trozos de su alma y corazón se mantuvieran juntos gracias a los delicados detalles de Jeon Jungkook.

✧✦✧

Jimin dormía en su camilla mientras Jungkook estaba sentado en la silla a su lado. El alfa movía ansiosamente su pierna y bufaba cada tanto mientras mantenía los brazos cruzados con molestia sobre su pecho. Es domingo por la mañana, han pasado dos noches en el hospital y Jungkook está simple y sencillamente enfadado. Taehyung dijo que saldría la noche anterior pero Moon insistió en dejarlo en observación otra noche a pesar de que sus estudios estaban excelentes; probablemente que la oficina de altas estuviera cerrada en el turno nocturno también influyó un poco.

Estaba cansado de la estúpida cama incómoda y los batidos insípidos, pero lo que lo molestaba primordialmente es que Jimin ha pasado todo ese rato con él. El omega ha sacrificado sus noches de descanso, sus comidas adecuadas, su calma y todo por estar ahí a su lado para él. Se siente un poco inútil para este punto.

—Ya casi, lobito... ya casi —la suave voz adormilada de su ángel lo sacó de su enfado. Sus ojos verdes se enfocaron en la imagen más linda; Jimin se estira en la camilla con pereza y gruñía por la sensación de sus huesos crujiendo. Jungkook sabe que está tan enamorado de ese chico porque tan solo ver gestos y acciones simples como esa lo emboban y hacen que su lobo se aloque en su interior. Corre de un lado a otro moviendo la colita porque Jimin luce tan hermoso en cualquier momento... ¿Cómo logra verse como una divinidad apenas despertando?

—Buen día, mi amor —se inclinó hacia delante para besar su frente y picotear sus labios—. ¿Descansaste? —el omega asintió con ojitos cerrados—. Me alegra.

—¿Por qué estás sentado y no tirado a mi lado? —frunció el ceño—. Tú eres el paciente.

—Quería dejarte la camilla por un rato antes de que las enfermeras vengan y me digan que tú deberías estar en la silla.

—Se supone que eso debe ser, solo hacen su trabajo.

—Pero yo estoy bien, no necesito la cama... tú si necesitas descansar.

—Siempre diciendo que necesito descansar —bromea el menor.

—Y tú nunca descansas —sonríe con sus hoyuelos apareciendo. Desde que conoció a Jimin nunca lo ha visto quieto por gusto. Solo aquella vez que tuvo que ser operado pero básicamente lo obligaba a reposar, el resto del tiempo se ha mantenido haciendo algo, si no son sus prácticas, son sus múltiples trabajos, si no son sus trabajos es cuidar de él. Jimin nunca ha descansado plenamente pero no se siente mal por ello, sabe que así es como le gusta a su omega—, desobedeciendo a tu alfa —se puso de pie y se tiró sobre el chico más bajo haciéndolo reír. Pronto sus manos estuvieron acomodadas adecuadamente en el pequeño espacio.

—Hago lo que puedo —sonrió y acarició los cabellos rizados. Jungkook colocó su cabeza en el pecho del omega mientras lo rodeaba por la cintura con los brazos—. ¿Ya no estás molesto?

—No lo estaba en realidad —sabe que se refiere a su malestar de hace un rato. Seguramente fue esa sensación la que despertó al ojiazul—, solo irritado porque podríamos haber despertado en casa, pero no, nos mantuvieron aquí otra noche.

—El doctor Moon dijo que saldrás hoy —negó divertido.

—Y Taehyung dijo que saldría ayer —replica, alzando su mirada para ver la azulada.

—Kook, cerraron la oficina temprano, tampoco fue culpa suya —se rió y Jungkook arrugó el rostro conteniendo su propia risa.

—Bueno, pude no regresar en primer lugar... estaba más que feliz contigo en casa —mordió su labio inferior y sus ojos brillaron—, celebrando nuestro compro...

—¡Buenos días, tortolitos! —Taehyung corrió la cortina e interrumpió, de nuevo.

—¿No sabes hacer otra cosa que interrumpir? —Jungkook le gruñó por cortar su momento.

—No —Taehyung sonrió malcriadamente y avanzó para besar la frente de Jimin—. Buen día, Minnie.

—Buen día, Tae —parpadeó hacia su amigo y se sentó en la camilla riendo de Jungkook que trataba de mantenerlo acostado—. ¿Ya podemos irnos?

—Tienen demasiada prisa —el alfa pelinegro bromea, haciendo que Jungkook refunfuñe.

—Cómo tú no tienes que dormir aquí —rodó sus ojos verdes y Jimin y Taehyung se rieron de él.

—Literalmente soy médico, bobo —Kim se sentó a un lado de Jimin y palmeó el muslo de Jungkook para hacerse más espacio—, duermo en estas camillas cinco días a la semana.

—¿Qué? —Jungkook se sorprendió y Taehyung lo miró como si fuera un estúpido—. ¡Estás embarazado, idiota!

—¿Y? —el ojimiel parecía divertido.

—Hoseok va a escucharme tan mal —gruñó y se puso de pie saliendo del cubículo. Gracias al cielo porque el hospital daba pijamas quirúrgicas en lugar de esos vestidos abrochables... Si no todos habrían visto cosas que Jimin no desea compartir.

—Jungkook... ¡demonios! —Taehyung lo alcanzó y lo jaló de la mano para regresarlo a su habitación—. ¿A dónde diablos vas? —Jimin estaba muy divertido con esa situación, solo se acomodó en la camilla con los brazos detrás de su cabeza y observó la escena.

—A buscar a Hoseok —resolvió sencillamente.

—¿Para qué? —Taehyung se cruzó de brazos con ironía—. ¿Para decirle que su alfa está durmiendo en el hospital? ¡Él duerme a mi lado, idiota! —Jungkook volvió a refunfuñar.

—¡Eso es aún peor! Te quita espacio —el alfa arrugó su entrecejo y Jimin volvió a reír. Es gracioso ver la actitud protectora de Jungkook. Desde que despertó ha estado más de ese modo. Esos dos días en casa, cuando Tiza corría para bajar las escaleras, el alfa la perseguía gritando que tuviera cuidado aunque la cachorra no obedecía. También evitó que Jimin cocinara; podía quemarse, cortarse o lastimarse de alguna forma. Cuando Zico llegó para transportarlos resultó que se había quedado dormido y aún tenía la marca de la almohada en su rostro, pero Jungkook estuvo a punto de buscar a Yoongi pensando que él lo había dañado, luego se regañó así mismo por pensar así de su amigo, y no podemos olvidar que el ojiverde estaba mirando el camino todo el tiempo para advertirle al beta sobre cualquier posible riesgo.

El doctor Moon les explicó lo que sucedía; la primera vez que despertó Jungkook estaba posesivo, territorial y protector pero de alguna manera su lobo seguía adormecido por los supresores cotidianos. Ahora ya pasaron varios meses extra, ya no hay rastro de esos supresores en su sistema y su lobo parece estar en todo su esplendor. Ahora es un alfa puro y protector en su totalidad. Taehyung está lidiando con eso.

—Jim... —el ojimiel miró al nombrado pero él solo se encogió de hombros con descuido.

—¡No estás descansando! —Jungkook lo sostuvo por los hombros y lo agitó con cuidado, cómo tratando de abrirle los ojos—. Tu cachorro, mi sobrino, el hijo de Hoseok y ahijado de Yoongi... —parecía consternado—. ¡¿Por qué demonios nadie lo ha cuidado cómo se merece?! —abrazó al otro y suspiró—. Tienes que descansar, no quiero que te pase nada, no quiero que les pase nada —corrigió—, tienen que estar bien.

—Lo estamos, pero tú estás exagerando —Taehyung se enterneció por la forma en que el alfa trataba de cuidarlo, correspondió al abrazo. Ahora Jimin los miraba con un puchero de ternura.

—No exagero —negó y se alejó de nuevo solo para sostenerlo por los hombros y mirarlo fijamente—, ustedes no están siendo tan precavidos —los ojos miel rodó con falso fastidio.

—Saldré con el permiso de maternidad en una semana, ¿contento?

—Si —suspiró aliviado y tocó la pancita pronunciada de su amigo—. Tu tío te cuida, bebé.

—Esto fue tan divertido —Jimin intervino acercándose para tocar también.

—Te apuesto que no lo será cuando tú seas el embarazado —Kim retó alzando las cejas con burla, Jimin dejó de sonreír—, oh... será mucho peor —el pelinegro sonrió—, bueno, para ti, para mi será tan divertido.

—No molestes a mi omega —Jungkook entrecerró los ojos hacia el neurólogo que no le temía realmente; la confianza es producto de la poca seriedad con la que el rizado está hablando, además de su embarazo, sabe que ningún alfa por más puro que sea atacaría a un embarazado, si no fuera por eso si tendría un poco de temor de molestar a la pareja.

—¿O qué? —retó y Jungkook sonrió por su valentía.

—Tan solo espera a que te desembaraces —el omega y el médico soltaron una estridente carcajada que debió resonar por todo el piso, el alfa solo se sonrojó y frunció su ceño con más pena que molestia—. ¡Oh, vamos! Saben a lo que me refería.

—¡Desembaraces! —repitió Taehyung riendo aún—. Esto tienen que saberlo Yoongi y Zico.

—Si les cuentas, eres alfa muerto —amenaza pero su rostro no dejaba de ser avergonzado. El neurólogo tomó a Jimin por los hombros y lo empujó hacia el frente de él para utilizarlo como escudo, importándole muy poco si el chico aún estaba en la camilla y casi se cae de bruces en ese movimiento—. ¡Cuidado, idiota! —le gruñó un poco más enserio y atrajo a Jimin hacia su pecho para abrazarlo—. ¿Estás bien, cachorrito? —Jimin sonrió como bobo hacia los ojos verdes que lo miraban con preocupación.

—Si, lo estoy —frotó su mejilla contra el pecho del más alto y siguió sonriendo con los ojos cerrados, correspondiendo al abrazo.

—Iré a que me revisen la glucosa, creo que está dándome diabetes en este preciso momento —Kim fingió una arcada que los hizo enfocarse en él, en ese instante la cortina se corrió de nuevo dejando ver a un muy sonriente beta castaño.

—¡Buen día! ¿Quién está listo para irse a casa? —Moon se puso ambos puños en la cintura, pareciendo realmente animado.

—¡Al fin! —Jungkook no podía estar más feliz de ver a ese endocrinólogo.

✧✦✧

—Escucha, Jungkook... —la cara de Moon no era agradable del todo. Había pedido que Taehyung los dejara a solas mientras Jimin arreglaba todos los trámites de su alta definitiva; era imposible no ponerse nervioso.

—No me diga basura triste, porque si Jimin viene aquí con alguna clase de malestar por sentirme mal, usted la pasará mucho peo... —se interrumpió, cada vez se siente menos mal al hacer ese tipo de oraciones, es gracioso de algún modo pero quiere corregirse por que ese no es su tipo de personalidad, así no es él—. Perdón, a veces solo sale, mi alfa se apropia de más y... —se encoge de hombros—, solo perdón, nunca le haría nada malo, trato y estoy logrando controlarlo un poco más pero cuando se trata del bienestar de Jimin es distinto, perdón —el beta negó con una risa.

—Descuida, de eso es precisamente de lo que quería charlar —los ojos del doctor se veían mucho más relajados—, vamos a tenerte en revisión, estarás en chequeos médicos contantemente —Jungkook bufó con cansancio—. Sé que debes estar harto de esto y lo comprendo, pero es tu salud la que está en juego —el alfa estuvo de acuerdo con un asentimiento—, es importante que acudas a tus revisiones pero también es importante que aprendas a obedecer tus instintos en cada aspecto de tu vida.

—No —Jungkook sonrió incrédulamente—, creo que hasta ahora he cedido lo suficiente, mi alfa tiene mucho control sobre mi.

—Que tu alfa tenga el control no es lo mismo que obedecer tus instintos —el beta tomó asiento en la silla mientras Jungkook se dejó caer en la camilla con desesperanza.

—Cuando dicen ese tipo de cosas me siento de vuelta al comienzo, sin comprender nada, sin control —cuando todo esto comenzó Jungkook se sentía realmente desorientado; su madre le daba consejos, su padre le decía algunas cosas que hacer, pero él no podía mantener control de sus acciones, y agradece eso porque si no fuera por eso jamás habría tenido el valor de quedarse con Jimin, pero siempre debía estar en el extremo entre ser un humano racional o ser un alfa gruñón posesivo y aterrador.

Jimin siempre lo ha mantenido a salvo de sí mismo, lo calma, le aclara las ideas y lo consuela cuando creía que había hecho algo mal; Jimin lo ha ayudado más de lo que nadie podría hacerlo, pero parece no ser suficiente.

—Sé que debes sentirte frustrado pero como especialista yo lo veo de este modo... —el castaño gesticulaba con sus manos haciendo que Jungkook de verdad preste atención—, dejas que tu alfa tome el control, y eso está bien, pero obedecer a tus instintos es hacerlo por ti, no tu alfa, es que tú y tu lobo se comuniquen, que logres que él no esté siempre alerta porque tú puedes hacerlo por ti mismo... ¿me explico? —el ojiverde asintió, comprende ese punto pero no sabe cómo hacerlo, por más que lo intenta su lobo parece no bajar la guardia.

—Lo he intentado, yo... he hecho todo para que mi lobo sepa que no voy a alejarme de nuevo de Jim, no voy a volver a los supresores pero nunca está en calma —solo esas veces en que solo son él y su omega, solo cuando sabe que están a salvo del mundo, solo cuando puede cuidarlo de todo y todos. Su alfa parece no dejar de sospechar de cada pequeño detalle, siempre protector y alerta y desconfiando de las acciones que su lado racional pueda tener.

—No todo puede terminar en unos meses —Moon tenia razón—, todo es un proceso y como tu médico debo recomendarte la orientación profesional —Jungkook lo miró confundido—. Pasaste por mucho esos últimos tiempos Jungkook, con el simple hecho de tener un accidente de la magnitud del que tu tuviste es suficiente para que cualquier ser humano necesite terapia, sumando el hecho de que estuviste en coma por un tiempo tan prolongado —se encogió de hombros.

Lo ha pensado, ha pensado en la terapia pero nunca fue para sí mismo, él siempre pensó en Jimin y todo lo que ha tenido que vivir, en sus malas experiencias y en lo afectado que estaba por ellas, Jungkook siempre quiso recomendarle eso a su omega pero nunca lo contempló para sí mismo. No es una idea loca y parece adecuada pero... aceptar ayuda es complicado y mucho más para un alfa que está tratando de demostrar su valerosidad.

—No lo sé, yo...

—Yo solo lo estoy recomendando —el endocrinólogo se levantó y puso las manos en alto como tratando de aligerar el ambiente—, es tu proceso y tú eliges si aceptas, cuándo, cómo... —sonrió—, sé que lo harás bien de cualquier forma.

—Gracias por confiar en mi desde el principio, doctor Moon —la verdad es que Jungkook nunca se había puesto a pensar en que ese médico ha estado en su vida desde hace más de diez años, con sus chequeos semestrales de sus hormonas y celos, buscando los supresores más adecuados; siempre buscó ayudarlo de la manera más adecuada y Jungkook nunca se ha detenido a agradecerle adecuadamente—. Usted nunca me juzgó por no aceptarme, solo me orientó y ayudó, gracias por ello.

—Es mi trabajo y con pacientes como tú lo hago con total agrado, Jungkook —palmeó su hombro en un gesto fraternal—. Ha sido un placer verte crecer como alfa y como tú mismo.

✧✦✧

Jungkook por fin era feliz luego de dos días tortuosos; la cabeza de Jimin estaba recargada en su hombro mientras ambos estaban en el sofá de su sala de estar, veían una película de comedia mientras Tiza corría de un lado a otro por el espacio libre de la habitación. No podía haber algo mejor que eso.

—Oye, amor... —el alfa enfocó su total atención en la preciosa voz que lo llamaba tan dulcemente—, el doctor Moon no te dijo nada malo... ¿verdad? —el otro sonrió por mera costumbre al verlo, es imposible no hacerlo porque su corazón burbujea de felicidad al verlo, olerlo, escucharlo... es imposible no ser feliz al sentirse cerca de su omega.

—No, angelito —negó dejando pequeños y rápidos besos en los labios del menor porque no dejaba de morderlos ansioso por la respuesta.

—Pero has estado muy pensativo desde que salimos del hospital.

—Eso es porque me dijo algo que yo no contemplaba... me recomendó ir a terapia —Jimin alzó las cejas sorprendido—, dijo que he pasado por mucho y bueno... creo que tiene razón —alzó los hombros y el ojiazul se acomodó para verlo adecuadamente, pero el alfa solo se tiró a su lado, colocando la cabeza en el regazo de su amado que entendió de inmediato y comenzó a acariciar sus cabellos; ahora son mucho más largos—. ¿Tú qué opinas?

—Creo que sería lo mejor —asintió con seriedad—, que vayas a ver a un profesional, que tú y tu lobo refuercen su lazo... Necesitas aprender a confiar tanto como él.

—Lo sé —cerró los ojos dejándose llevar por las suaves caricias—, solo es un poco difícil pensar en eso, en que alguien más debe ayudarme a conocerme... en mi mente ser un alfa es más que suficiente para poder por mí mismo, aunque sé que no está mal necesitar un punto de vista experto.

—No puedes lidiar tú solo con todo lo que has pasado, lobito —se inclinó y besó la frente de su prometido.

—Lo que hemos pasado —corrigió—, ambos hemos pasado por cosas difíciles, ángel —el menor tragó nervioso—. Desde hace un tiempo pensé en la terapia para ti y quise comentarlo pero debía esperar un poco más por lo del viaje, quería estar contigo si me necesitabas.

—Ahora lo estarás —Jimin estaba serio pero su mirada no lucía triste ni molesta—. Creo que sería bueno iniciar juntos, es decir... por separado pero iniciar el proceso juntos —Jungkook sonrió y se acomodó en el regazo ajeno para quedar completamente boca arriba y mirar fijamente a su chico.

—¿Lo dices enserio? —el chico asintió—. No quiero que sientas que debes hacerlo o algo así.

—Creo que lo necesito... —se encogió de hombros—, y si no me siento bien con ello entonces puedo dejarlo.

—Vamos a estar bien, cielo... te lo prometo —estiró un poco al menor para que sus labios se unieran en un beso casto—, sé que esta vez es enserio.

✧✦✧

—Los reunimos a todos aquí porque tenemos una noticia muy importante que darles —Jimin, que estaba parado al borde de la mesa, sonrió, con las manos en la espalda y ojos deslumbrantes. Estaban todos reunidos en el comedor de la casa de la pareja. Habían pasado unos cuantos días de que Jungkook salió definitivamente del hospital; los futuros esposos decidieron esperar estos días para darle tiempo a Jungkook para descansar por completo, y así poder organizar juntos su cena de compromiso.

Todos parecían ansiosos por escuchar esa noticia, Yoongi lo miraba impaciente, su padre tenía los ojos muy abiertos, como esperando una noticia impactante, su madre y la de Jungkook sonreían enormemente y Shinhye... Shinhye solo jugaba con Tiza pero al menos estaba ahí en ese momento.

—Esto es algo que realmente nos hace muy felices, es... —Jungkook fue interrumpido por una voz estridentemente alegre.

—¡Ay, por Dios! —Yoongi se puso de pie—. ¡Voy a ser tío de nuevo!

—¡¿Qué?! —la pareja exclamó a la vez y abrieron los ojos con sorpresa.

—Juro que va a ser niña —Hoseok aplaudió y se puso de pie con el que podría ser el rostro más alegre del planeta pero había cuatro rostros que le ganaban, los supuestos abuelos estaban radiantes, bueno, Hyunbin no tanto pero sus ojos mostraban su evidente felicidad.

—¡Vamos a ser abuelas! —Jiyoung miró a Sunhwa con evidente alegría.

—¡Vamos a ser abuelas! —repitió la omega. Todos comenzaron a abrazarse entre si.

—¿Qué? —Jimin se tocó el estómago y miró a su alfa con desconcierto—. ¿Estoy embarazado?

—Estuve en coma y de viaje, cachorro —el alfa sonrió—, eso sería desgarrador —el castaño soltó una risilla a la que todos prestaron atención—. Familia, Jim no está embarazado.

—¿Qué? —el traumatólogo salió de su felicidad y observó a la pareja con desconcierto para repetir su cuestionamiento—. ¿Qué?

—¿Qué? —Hoseok repitió y pronto se formó un eco gracioso dónde todos repetían esa pregunta con caras graciosas de impacto... Todos pensaban que esa era la gran noticia.

—Por Dios, ustedes son nuestros doctores, literalmente lo sabrían antes que nosotros —Jungkook se burló.

—No lo sé, tal vez decidieron traicionarnos e ir con otro médico —Taehyung se encogió de hombros.

—Apoyaría eso, pero entonces yo habría tenido que llevarlos —Zico se rió y la familia lo imitó.

—Nunca había estado tan feliz en mi vida —Hyunbin se puso una mano en el pecho y suspiró aliviado.

—Silencio, Hyunbin —Hyungwon lo miró indignado—, si sigues diciendo esas cosas no nos darán nietos pronto.

—Yo podría estar sin nietos otros veinte o treinta años —el alfa Park se encogió de hombros y su esposa palmeó su hombro con reproche.

—Creo que tendrás que superarlo, nuestros hijos literalmente están unidos, dudo que un cachorro vaya a cambiar las cosas —el Jeon mayor sonrió burlón.

—No te contesto como mereces porque sigues siendo mi jefe —Hyunbin contuvo una risa y desvió la vista hacia su hijo—. Por fortuna la noticia no era un cachorro, pero... ¿entonces cuál es? —el omega sonrió por las palabras de su padre, sabe que aunque le cueste admitirlo, el alfa estaría encantado si en algún momento quieren tener un hijo.

—Ya no quiero decírselas, al parecer ustedes esperaban otra cosa —rodó los ojos divertido y Jungkook lo acercó más hacia si por la cintura—. Probablemente van a desilusionarse o... —se encogió de hombros aparentando desinterés—, no lo sé.

—¡No te hagas de rogar, Minnie! —Hoseok regañó, empujando al más joven por el hombro de manera juguetona; Jungkook le gruñó—. Si no nos dicen voy a tirar a Jimin al suelo —advierte señalando al ojiverde—, obviamente lo haré con cuidado, pero no te gustará verlo tirado cuando está embarazado.

—¡Que no estoy embarazado! —el ojiazul lo empujó ofendido.

—No lo sabemos, tal vez si... —Yoongi se acercó a él y tanteó su panza—, quizás no lo sabes aún y nos reuniste aquí para que juntos esperemos la prueba de embarazo —Jungkook sonrió pero frunció su ceño.

—Deja de tocar a mi omega, Min —el beta arrugó la cara con molestia.

—Tú no vas a decirme que hacer, bestia —comenzó a tocar a Jimin por toda la cara, era gracioso y descuidado haciendo reír al omega que luchó por quitarse las manos ajenas del rostro—. ¡Ay por Dios! —el beta tomó la mano izquierda del menor y se enfocó en solo uno de sus dedos—. ¡Era eso! —todos abrieron los ojos al comprender de inmediato—. ¡Los tórtolos van a casarse! —saltó de alegría y atrajo al enfermero hacia su pecho para un abrazo tan apretado que lo hizo soltar un quejido.

—Vas a lastimar... —Jungkook trató de separarlos pero pronto fue envuelto por los brazos del beta.

—¡Se van a casar! —Jiyoung sonó igual de emocionada que al inicio del anuncio y Sunhwa la secundó, poniéndose de pie y abrazándose entre ellas con entusiasmo. Taehyung, Hoseok y Zico corrieron para rodear a sus tres amigos en un abrazo grupal. Pronto los padres de ambos chicos los quitaron a todos para su turno de los abrazos, la joven pareja fue estrechada por todos los invitados entre vitoreo y felicitaciones.

—Nosotros tenemos que ser sus padrinos —Yoongi alzó la mano como si estuviera en el colegio y con la otra atrajo a Zico a su costado.

—¡Estás demente! —Taehyung lo silenció cubriendo su boca con una mano—. Nosotros seremos sus padrinos —Hoseok estuvo de acuerdo con un asentimiento.

—Nadie te puso a cargo, Jungkook y Jimin van a elegirme a mi.

—Tú ya fuiste nuestro padrino, nos toca a nosotros —Jung refutó, abrazando a su alfa por los hombros.

—Tú lo has dicho, Yoongi fue su padrino, yo no... me toca —Zico intervino con un toque arrogante—. Además soy su chofer, sin mí no pueden llegar a la boda, soy indispensable en sus vidas.

—Jungkook tiene vida gracias a mí, idiota —Taehyung obvió con una sonrisa victoriosa—. ¿Adivina a quién van a elegir?

—Chicos... —Jimin estaba divertido con esa discusión sin sentido pero Jungkook y él ya habían elaborado un plan para ese caso.

—Evidentemente van a elegirnos a nosotros —Yoongi se cruzó de brazos en el pecho con arrogancia y su novio lo imitó con gracia—. Yo insistí en que Jimin hiciera sus prácticas en nuestro hospital, ellos no se conocerían si no fuera por mi.

—Y Jimin te conoció a ti gracias a mi —Shinhye intervino por primera vez desde su silla—, yo voy a ser su madrina.

—En ese caso el tipo que te atropelló tendría que ser el padrino —Jungkook señaló a la niña con diversión y ella soltó una carcajada.

—Tal vez fue Zico, que sea el padrino —la cachorra señaló al beta que la miró enfadado.

—¡Oye! Yo no he arrollado a nadie —fingió pensarlo—, al menos eso creo —frunció el ceño con un obvio rostro falso—. ¿Hace cuánto te atropellaron?

—También podríamos hacer padrino al hombre que chocó contra Kook —Jiyoung aportó a la conversación—. Sería sencillo porque está en prisión, haríamos la recepción en el patio de la cárcel.

—Tengo contactos, podemos arreglar que sea así —Hyungwon estuvo de acuerdo con una sonrisa de burla.

—No lo sé, el naranja no es lindo en las decoraciones de una boda —Sunhwa negó y todos comenzaron con una conversación graciosa mientras los prometidos los veían desde la cabeza del comedor, abrazados y con una sonrisa en los labios.

—Sabía que iban a emocionarse —Jimin susurró en el oído de su alfa que asintió.

—No están más emocionados que yo, ángel, te lo prometo.

De algún modo Yoongi había terminado arriba de una silla, discutiendo con Hyunbin acerca de los bocadillos, Taehyung, Hoseok y Zico seguían discutiendo por los padrinos, Jiyoung, Hyungwon y Sunhwa conversaban amablemente sobre las decoraciones y Shinhye daba vueltas a la mesa rodando su silla detrás de Tiza que ladraba estridentemente. Todos los cuestionaban insistentemente sobre lo que querían y cómo lo querían pero las cosas se estaban saliendo de control y solo había pasado media hora del anuncio de su boda... Sin duda alguna, tendrían una gran boda.

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